Como pez en el agua

Exposición de los alumnos de Pilar Hinojosa

Pilar Hinojosa moja el papel y de la relación entre sus manos, el agua y su alma surgen cosmos que fluyen de un color a otro; nos habla de otras almas, las de los seres que se hacen presentes en sus obras:  flores, poemas, emociones, personas. Mientras Pilar pinta la envuelve un halo luminoso donde desaparece el ego, y danza feliz entre las tintas un espíritu delicado. Vestimenta vaporosa y frágil tienen sus cuadros, al tiempo que una profundidad gotea con fuerza desde la obra hacia el espectador sin detenerse, otorgando al corazón una caricia en el umbral de algo venturoso que se nos aproxima.  

El sumi-e es una práctica antigua de origen oriental; más que una técnica, es una forma de vida vinculada con la espiritualidad. Sus orígenes se remontan al siglo V en China, pero en el siglo XIII es introducida al Japón donde abreva del budismo Zen. Técnicas de respiración y meditación son esencia del proceso de pintura con tinta china sobre agua, principalmente tinta negra. La espontaneidad, la seguridad del trazo en la pincelada son preceptos que mantienen alejada a la razón y al juicio. La búsqueda de los opuestos abre el espacio para la creación de una armonía asimétrica, un yin Yang en el papel que refleja la interioridad del ser humano: el cielo y la tierra, el vacío y el lleno, la luz y la oscuridad;  la búsqueda de la congruencia, de la cercanía con la naturaleza que no intenta dominarla sino aprender de ella. El sumi-e se revela en la vivencia del pintor como una experiencia de libertad.

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La artista Pilar Hinojosa nos comparte en esta exposición el trabajo de sus alumnos, el resultado del último año en que ellos han ido aprendiendo a despojarse de sí mismos para encontrarse desde el lugar del vacío, de la síntesis, de los espacios del silencio y de la luz-papel en blanco. Hinojosa, después de estudiar diseño gráfico y formarse en técnicas tradicionales en Florencia, descubrió en el sumi-e la fluidez y la conexión que buscaba. Comienza su aprendizaje de esta experiencia de vida con el maestro Huascas en 2001. Desde entonces inicia un diálogo que fluye entre la tinta y el papel. En el espacio de creación de esta técnica no es posible borrar; la intensión expresada con espontaneidad, la honestidad del trazo, prevalecen sobre el perfeccionismo. En este sentido, la artista ha ido formando un lenguaje propio.

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Su obra está tatuada con el espíritu del sumi-e;  pero la necesidad que se gesta en sus danzas con el agua la han llevado al uso de las acuarelas y de signos lingüísticos en sus obras, aunque la pintura sigue siendo lo más importante. La obra de Pilar Hinojosa habla desde ese leguaje tan suyo e íntimo de la realidad, del feminismo, la igualdad y la poesía, temas que la mueven a trazar sus movimientos meditativos como pez en las aguas. Los textos que aparecen de manera sutil en su obra están presentes como aquella tierra que se acumula en las hendiduras y que revela la huella de una historia, que aporta un aura a la obra más allá de los colores y las formas.